Zaragoza Natural
Los ríos y sus parajes naturales conforman lo fundamental del entorno natural de la ciudad de Zaragoza. Los sotos ribereños, cada vez más escasos, guardan tesoros por decubrir apenas a diez minutos del centro de la ciudad. Comenzando por la propia arboleda de Macanaz, que ocupa la margen izquierda del Ebro entre los puentes de Santiago y La Almozara, la ciudad ofrece parajes de gran interés como el Soto de Cantalobos, en la margen derecha, pasado el barrio de Las Fuentes, que es un reducto de cómo eran los sotos ribereños, auténticas selvas formadas al devenir del río y acostumbradas a crecidas y sequías.
Precisamente estas crecidas y sequias fueron las responsables de la creación de uno de los paisajes más interesantes de Zaragoza: los galachos. Se denomina así a los brazos que deja el río tras una crecida y que se separan del cauce principal convirtiéndose en lagos que se mantienen debido al aporte de aguas subterráneas. Zaragoza cuenta con dos zonas de gran valor: los galachos de Juslibol, aguas arriba de la ciudad, en el barrio rural del mismo nombre; y los de La Alfranca, El Burgo y La Cartuja.